Las relaciones de a dos son un ir y venir constante entre el pasado y el presente. Entre las raíces familiares, la cultura, las expectativas, los deseos. No sólo no vamos vacíos al encuentro de otro sino que a veces parece que más de una persona está allí. Estar en pareja implica que iremos al encuentro con todo lo que tenemos, lo que nos gusta y lo que no.
Cuando nos relacionamos con otro ponemos en juego todas nuestras experiencias y aprendizajes previos (y el otro también lo hace). Arrastramos manías de nuestra familia de origen, creencias, hábitos, y todo un bagaje de conclusiones y reacciones de experiencias de parejas previas.
Ponemos énfasis muchas veces en no repetir malas experiencias y en “de alguna manera reparar” viejas heridas personales: si me he sentido poco querido es posible que busque o bien una pareja que me ignore o bien una pareja que calme mi carencia.
Cuando hacemos terapia con parejas que vienen a consulta nos encontramos muchas veces con personas que están muy dolidas con su pareja por malos entendidos, por expectativas erróneas. La pareja es lugar ideal para revivir los vínculos primarios, justamente los que nos han marcado. Nos solemos encontrar por ejemplo que un marido pide a su mujer lo que esperaba de su propia madre; o bien que una mujer espera que su marido la cuide y decida todo por ella (como lo hacía su padre); una demanda imposible de cumplir.
Al hacer una terapia de parejas revisaremos si están ocurriendo estas demandas imposibles de cumplir, si estamos estancados en dinámicas dolorosas de las que no podemos salir, de si existen discusiones repetitivas e infructuosas. A veces pasa justamente que mi pareja logra encontrar lo peor de mí.
El objetivo que persigue una terapia realizada en pareja es generar un encuentro entre dos personas que se miren con los ojos abiertos, que se puedan conocer y aceptar tal como son. Brindar un espacio de reflexión y escucha para dos; donde ambos se permitan abrirse , confiar, generar nuevas maneras de comunicación e intercambio que sean sanos. El resultado buscado el lograr un bienestar en la pareja; construir y en todo caso reforzar un nosotros sentido y comprometido para poder construir y en todo caso sostener un proyecto común estable.